Erasé una vez, un león que buscaba insesantemente el fuego de un dragón. Aunque este último no sabía bien lo que el salvaje felino pretendia, accedió a darle un poco de su fuego. Cuando el león hubo cumplido su cometido, confeso que quería más, pero que debía compartir con la rana esa vida que el fuego del dragón le otorgaba.
La mitológica criatura no tuvo más remedio que compartirlo, hasta que el león se olvido de cumplir con sus obligaciones con ambos animales. Las ranas se veían felices, satisfechas y con el amor desbordandole por la sonrisa. En cambio el dragón se veia demejorado, con la mirada triste y sin saber que hacer.
La separación era inminente, el dragón, harto de los rechazos y "segundas mesas" del león, trató de olvidarlo, aunque cada cierto tiempo el recuerdo del felino volvia a su mente, asechando, agrediendo y matando al toro que vivia en su interior.
El dragón busco refugio, alejandose la mayor distancia posible de los dominios del león. Así llego con un borrego, y vio en él su oportunidad de justicia, de satisfacer los deseos que carcomian su interior. No lo hizo. Dejo ir al borrego, si se aprovechaba de él, sería tan nefasto como el león.
Continuó con su camino, en el cual se encontró con distintos animalitos paseando felices, saltando, jugando, compadeciendo a la gigante serpiente que no tenía mayor compañia que su ser. Un oso tambien lo observo "yo te quiero dragón" dijo, pero no era lo que buscaba el dragón. La encrucijada de dos sendas encontró a otro de su especie, un dragón tan esplendido y parecido a él que cayo embobado.
Siguió el camino al lado del dragón que habia encontrado, pero no sabia si así sería siempre. No le preocupo, ambos siguieron caminando, engañando a los peces y una que otra alimaña que volteaba a verlos.
Ahora, el dragón no se ha separado de su especie, pero sigue buscando su complemento, podría ser un gallo, una serpiente, un oso, el león o el mismo dragón que encontró.
Los dragones, cambian entre su piel escamosa y la energía taurina. Los leones y los gallos no son el mismo, pero comparte algunas plumas. Las ranas, pobres ranas ilusas que creen aun en el león y sus promesas. El oso y el dragón, al igual que la serpiente, se apoyan en contra de los depredadores.
- No es el fin, pero aqui para la fabula -
La mitológica criatura no tuvo más remedio que compartirlo, hasta que el león se olvido de cumplir con sus obligaciones con ambos animales. Las ranas se veían felices, satisfechas y con el amor desbordandole por la sonrisa. En cambio el dragón se veia demejorado, con la mirada triste y sin saber que hacer.
La separación era inminente, el dragón, harto de los rechazos y "segundas mesas" del león, trató de olvidarlo, aunque cada cierto tiempo el recuerdo del felino volvia a su mente, asechando, agrediendo y matando al toro que vivia en su interior.
El dragón busco refugio, alejandose la mayor distancia posible de los dominios del león. Así llego con un borrego, y vio en él su oportunidad de justicia, de satisfacer los deseos que carcomian su interior. No lo hizo. Dejo ir al borrego, si se aprovechaba de él, sería tan nefasto como el león.
Continuó con su camino, en el cual se encontró con distintos animalitos paseando felices, saltando, jugando, compadeciendo a la gigante serpiente que no tenía mayor compañia que su ser. Un oso tambien lo observo "yo te quiero dragón" dijo, pero no era lo que buscaba el dragón. La encrucijada de dos sendas encontró a otro de su especie, un dragón tan esplendido y parecido a él que cayo embobado.
Siguió el camino al lado del dragón que habia encontrado, pero no sabia si así sería siempre. No le preocupo, ambos siguieron caminando, engañando a los peces y una que otra alimaña que volteaba a verlos.
Ahora, el dragón no se ha separado de su especie, pero sigue buscando su complemento, podría ser un gallo, una serpiente, un oso, el león o el mismo dragón que encontró.
Los dragones, cambian entre su piel escamosa y la energía taurina. Los leones y los gallos no son el mismo, pero comparte algunas plumas. Las ranas, pobres ranas ilusas que creen aun en el león y sus promesas. El oso y el dragón, al igual que la serpiente, se apoyan en contra de los depredadores.
- No es el fin, pero aqui para la fabula -
+.-*\_= NISA =_/*-.+
Mi horoscopo chino: Dragón (1988)
Signo Zodiacal: Tauro.
Escribo con tinta roja de lagrimas de un juglar
7 comentarios:
Hay nisa, la verdad es que me hice muchas bolas leyendo esto, le echo la culpa a la hora, tengo mucho sueno...
Saludos.
yo tambien me hice pelotas..pero entendi..
oye y cual es la moraleja de esta fabula¡
Weno manis...Me dejaste toda hecha un lio con eso de las escamas y las plumas, hasta pense que te habias topado al pobre de Quetzalcoalt y lo habias despelucado.
Si divago para variar y no perder la costumbre,pero te aguantas.
kisu imouto
Yo tengo pregunta: ¿Para que Shiryu confiaría en Aioria? ¿Por qué Aioria engañaría a Zeros? ¿Por qué Shiryu no se llevó con Mu? ¿Por qué Shiryu se quedó al final con Kanon... o era Radamanthis?... ¿No hay patos y conejos aquí? ¿Si tiene que ver algo la historia con ellos, no?
TQM
CHIBI-STAR**
creo que entendi o.o
Gracias por tu visita.
Yo una vez intente escribir una fabula, pero de pronto se torno muy autobiografica hasta que se convirtió en el guión de una película de esas donde sale gente golpeando gente. Bien loco el asunto.
Te he linkeado n_n
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