lunes, 27 de noviembre de 2006

Adiós a un desconocido...

Adiós a un desconocido...

Una noche relativamente tranquila, los programas de televisión se transmitían con regularidad, divirtiendo a las familias que gustosas veían el aparato.

Nadie, absolutamente nadie se imaginaba que la vida daría un giro de 360 grados, y que otra se extinguiría tan abruptamente, al punto de causar conmoción en la mente revolucionada de una joven de 18 años.

Aproximadamente cinco disparos invadieron las notas de una canción que hacia vibrar los tímpanos. Aunque solo se escucharon claramente dos, sin importancia, el barrio inseguro siempre obsequiaba el eco de una que otra bala cortada por un gatillo. Nada nuevo, solo aléjate de la ventana.

El hecho fue comentado hasta otro lugar del mismo país, recibiendo advertencias de no acudir a la curiosidad, ni dejarse llevar por el miedo. Se repite una y otra vez en la mente la frase "disparos, nada nuevo".

Las personas salieron ante el aullido desgarrador de las sirenas de ambulancias y patrullas, era grave, y muy cercano, pero aun así la música no paro, y la mente siguió divagando en una reunión que posiblemente no sucedería.

Los pensamientos se volvieron una confusión cuando llegaron las noticias, un chico había muerto.

¿Confusión? ¿Por qué? No era conocido, no reconoces de quien se habla, se debería hacer a un lado el dolor ajeno y seguir con la propia vida, con la esencia de uno mismo, el ego.

En cambio, la imagen distorsionada del muchacho tendido en el concreto, con el frío de la muerte cubriéndolo sin esperar las lagrimas de su madre, se clava fijamente en la mente fuera de control.

De mil y un maneras puede estar acomodado el cuerpo, anatómicamente irregular. Pero no, un ovillo es la imagen dibujada claramente, con la manos enfrente de pecho, con temor. El dolor dibujado en sus párpados apretados, una pierna extendida cayendo descuidadamente sobre la otra flexionada en dirección al pecho. Las perforaciones de las balas no se ven, no quiere imaginarlas, seria doloroso.

Sus ropas escasamente manchadas, hemorragias internas supone.

Las canciones se repiten una y otra vez, tratando de distraer a la imaginación que percibe el llanto incontrolable de la madre. La desesperación del padre con las manos en la sienes viendo el cuerpo de su hijo ahí, inerte. Las risas burlonas y absurdas de los infames que tiraron las balas del destino. El odio carcome sus entrañas.

¿¿ASI?? ¿Así debemos amar a nuestro prójimo? Aceptando que ha arrancado a un hijo del seno de su madre?¿Aceptando que ahora fue el pero pudo ser cualquier otro? ¿ACEPTANDO A CUALQUIER INUTIL QUE PUEDA QUITARNOS LA VIDA SOLO PORQUE ALGO DE NUESTRAS ACCIONES INCOMODO SU PRECIOSO Y VALIOSISIMO ESPACIO VITAL QUE AHORA APESTARA A MUERTE, INFAMIA Y TERROR?

Si es así, esta mente revolucionada se niega a aceptar este hecho.

No puede permitirse amar a un ser tan despreciable que ha causado tanto dolor con cinco simples y asquerosos balazos.

Adiós a la ilusiones, adiós a los sueños, adiós madre, padre y ¿por qué no? hermanos y familiares, amigos y conocidos, vecinos o compañeros, adiós desconocidos, adiós mente revolucionada.

Adiós muchacho.
+.-*\_= NISA =_/*-.+
Basado en un hecho verídico, ocurrido el 27 de Noviembre alrededor de las 10 de la noche. Una fría noche, solitaria, efímera.
Escribo con tinta roja de lágrimas un juglar.

2 comentarios:

**CHIBI-STAR** dijo...

HOLA LINDA!!

Mira que lo que pones es re interesante, cuando actualices me dices, vale??

Me da risa que el mío es todo rosita y cursi y el tuyo es más sobrio... pero está guay... cada quién es como es y yo soy cursi a morir jaja.

TQM

CHIBI-STAR**

Anónimo dijo...

Deimos...

Sensitivo y muy bueno, como todo lo q escribes, le echaste mas de lo que yo creia posible plasmar.

Me ha gustado tu escrito hecho de a rapidin. Si sigues asi podrias hacerte muy famosa!

Y le restregaria en la cara a Andres q tu si triunfastessss...
Bueno, eso q!

Nos andamos viendo!