domingo, 24 de junio de 2012

Mira lo que trajo el gato en el hocico...

Una vez más he vuelto, y me alegra.

Miguelo también lo ha hecho, y eso significa que tengo algo interesante que leer mientras estoy esperando a que lleguen a la oficina. 

Eso de vivir un tanto lejos del trabajo y en una ciudad donde tienes que salir media hora antes para llegar a tiempo es la onda. Claro, cuando tienes poco menos de una hora para disfrutar de una oficina vacía y tranquila, en la parte más alta del edificio, en un pasillo solo, oscuro y (cuenta la leyenda) con un niño fantasma que se aparece, se escucha, abre las puertas y golpea las paredes. 

Esa es mi vida desde Junio de 2011. Ir a la oficina, pretender hacer una tesis que no tiene ni pies ni cabeza y luchar contra el mal en una imaginación que cada vez se ahoga más. 

Por eso he decidido volver, para abstraerme un poco de ese mundo de "empleado-man" con sus excitantes aventuras entre la copiadora y los teléfonos. De una jefa dragón y un jefe tan tierno y dulce como el pan bimbo. De compañeros groseros y amigos temerosos que te esconden de su superior como si fuesen menores de edad atrapados en el auto teniendo sexo.

Bueno, así es esto... 

Entre otras cosas que he cambiado es la imagen del blog. Como siempre que me agarra la nostalgia y quiero volver a este mundo de letras. También he decidido una cosa aún más drástica. Cambia la frase que cerraba cada entrada. Esa que explique aquí. Esa que me ha acompañado por tantos años y que marcó toda una época en este salvaje mundo disparatado que es la nube. 

Ahora el juglar llorará lágrimas rosas. 

Aunque el color no me gusta ni poco, he de admitir que combinado con negro funciona. Que las lágrimas de sangre que en ese entonces y por tanto tiempo han sido controladas (que no es lo mismo que decir que se han acabado). Simplemente me declaró más fuerte. O más débil. 

Vamos, que me declaro diferente. Desconozco si necesitaré volver a ese tiempo de amantes dementes, literatas frustradas y leones agresivos. De lo que estoy segura es que necesito escribir.

Escribir sobre duraznos, leones, ranas, un pez que ha salido de su estanque últimamente y de E-l. También de su Antónimo. 

He vuelto, Soy Nisa y esto queda Escrito con tinta rosa de lágrimas de un juglar.

4 comentarios:

Kashmir Spaulding dijo...

Los juglares, son tan representativos en mi vida, de ahí nací y aunque no conocí la era en que llorabas lágrimas rojas, seguiré el río que manches de rosa.

Miguelo dijo...

yo creo q ese miguelo debe ser un buen tipo jjjj


besosss

Anónimo dijo...

Kash: Gracias, espero que no se vuelva tedioso.

Miguelo: Ese de los que ya no hay ;)

Asu dijo...

Mi jefa ni a dragona llega... no se que especimen pueda ser... solo se que vive del trabajo de los demás y su trabajo .... donde esta su trabajo?? aún (y despues de año) no se refleja la ardua labor que pone a lo que le da de comer.
Es mas... creo que ir 2 horas al trabajo...algun día le rendira frutos :)
Te quiero guapa!